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miércoles, 19 de marzo de 2025

"Metrópolis" - 1927


Metrópolis es una película muda alemana de 1927 del género de ciencia ficción dirigida por Fritz Lang y realizada por la productora UFA. Es considerada una de las grandes películas del cine expresionista alemán y de la historia del cine mundial.
El guion fue escrito por Thea von Harbou y Fritz Lang, inspirándose en una novela de 1926 de la misma Von Harbou.


Metrópolis es uno de lοs pocos filmes considerados Memoria del Mundo por la Unesco. Fue el primero en poseer esta categoría, amparado en la vívida encarnación de toda la sociedad, y la profundidad de su contenido humano y social.

Argumento
En una megalópolis del siglo XXI los obreros viven en un gueto subterráneo donde se encuentra el corazón industrial con la prohibición de salir al mundo exterior. Incitados por un robot se rebelan contra la clase intelectual que tiene el poder, amenazando con destruir la ciudad que se encuentra en la superficie, pero Freder (Gustav Fröhlich), hijo del dirigente de Metrópolis, con la ayuda de María (Brigitte Helm), de origen humilde, intentarán evitar la destrucción apelando a los sentimientos y al amor.

El filme se desarrolla en el año 2026, en una ciudad-estado de enormes proporciones llamada Metrópolis. La sociedad se ha dividido en dos grupos antagónicos y complementarios: una élite de propietarios y pensadores, que viven en la superficie, viendo el mundo desde los grandes rascacielos y paisajes urbanos, y una casta de trabajadores, que viven bajo la ciudad y que trabajan sin cesar para mantener el modo de vida de los de la superficie. El presidente-director de la ciudad es Johan Joh Fredersen (Alfred Abel).

Una figura carismática y pacificadora llamada María defiende la causa de los trabajadores pero, en lugar de incitar a una revuelta, insta a los trabajadores a buscar una salida pacífica y tener paciencia, esperando la llegada del «Mediador», que unirá ambas mitades de la sociedad. El hijo de Fredersen, Freder, conoce a María y queda prendado de ella.

Al seguirla sin que ésta se dé cuenta, penetra en el mundo subterráneo de los trabajadores y mira con sus propios ojos las pésimas condiciones en que estos viven y trabajan, así como el desdén absoluto de los propietarios, que prefieren traer más trabajadores para que las máquinas no se detengan, que auxiliar a los que sufren accidentes en ellas. Asqueado por lo que ve, Freder decide unirse a la causa de María.

Sin embargo, Fredersen se ha dado cuenta ya de las actividades de María, y temiendo una revuelta de los obreros, decide solicitar la ayuda del científico Rotwang (Rudolf Klein-Rogge), quien a su vez le muestra un robot antropomorfo de su invención. El robot de Rotwang puede tomar tanto la conducta como la apariencia de una persona, así que deciden suplantar a María.

Al robot se le manda promover los disturbios y el descontento, para así permitir a Fredersen lanzar una represión violenta contra los trabajadores. Lo que desconoce Fredersen es que el robot contiene el espíritu de Hel - la que había sido esposa de Rotwang, que tuvo un amorío con el director de la ciudad y falleció al dar a luz a su hijo Freder - y que Rotwang utilizará al autómata como instrumento de venganza contra el presidente de Metrópolis, su hijo y, contra toda la ciudad.

La verdadera María es hecha prisionera en la mansión de Rotwang, en Metrópolis, mientras el robot la suplanta y lanza discursos incendiarios, y además comienza a seguir las iniciativas de Rotwang en su plan de venganza. Se transforma en bailarina exótica en el prestigioso cabaré Yoshiwara, y así excita a los asistentes y nubla su razón para promover la discordia y la decadencia entre los jóvenes adinerados. Siguiendo los malos consejos del robot, los trabajadores inician una revuelta y destruyen la «Máquina Corazón», que proporciona la energía que hace funcionar todas las demás maquinarias de Metrópolis. La destrucción de la máquina también provoca que los tanques de agua de la ciudad se aneguen, e inunden el submundo de los trabajadores, quienes, cegados por el discurso del robot, han descuidado la seguridad de sus hijos, que terminan siendo rescatados por Freder y la verdadera María.

Al darse cuenta de su grave error, los trabajadores, desesperados, salen a la superficie en busca de su «enemiga en la ciudadela», la presunta María. La muchedumbre invade el distrito de diversiones de la ciudad y captura a la falsa María, a la que atan a una estaca y prenden fuego, mientras Freder observa todo y se desespera. Pero pronto se dan cuenta de que esa María es una impostora, al arder sus carnes falsas y quedar al descubierto el robot, y al ver a la verdadera María ser perseguida por el enloquecido Rotwang en los tejados de la catedral de la ciudad. Freder persigue a Rotwang y se enfrenta con él, hasta que Rotwang se precipita del tejado hacia su muerte. María y Freder retornan a la calle y van al encuentro de Joh y Grot (dirigentes de la ciudad y de los trabajadores) y dejan entrever.

Con el lema «Mittler zwischen Hirn und Hand muss das Herz sein» («Mediador entre el cerebro y la mano ha de ser el corazón»), que debe interpretarse como la necesidad de que la capacidad de amar del ser humano reúna a la razón y la fuerza, se reconcilian el magnate Joh Fredersen y los trabajadores de Metrópolis gracias a Freder, tres componentes simbólicos: razón, trabajo y corazón.

Reparto
Gustav Fröhlich - Freder
Brigitte Helm - Maria
Alfred Abel - Joh Fredersen, el amo de Metrópolis y padre de Freder.
Rudolf Klein-Rogge - Rotwang, un científico.
Heinrich George - Grot, el guardián de la «Máquina Corazón».
Theodor Loos - Josaphat, asistente de Fredersen y amigo de Freder.
Fritz Rasp - El hombre delgado, espía de Fredersen.
Erwin Biswanger - Georgy (11811), un obrero.

Producción
Fritz Lang y Thea von Harbou preparando el guion del filme.
Rodar Metrópolis costó 5.100.000 reichsmarks, cifra que a día de hoy, calculando la inflación, supondría más de 39 millones de dólares, una de las más costosas en los orígenes del cine. Fritz Lang contó con una cantidad grande de extras y se filmaron cerca de 620.000 metros de película, reducidos a 4189 para su primer corte, después su duración se vio más reducida para la distribución internacional.4​ Se utilizaron un total de 27 000 extras, se rodó en más de 310 días y 60 noches.​

De la producción se encargó mayoritariamente Erich Pommer, quien al principio no tuvo mucha fe en el proyecto. Lo veía demasiado costoso tanto económica como ejecutivamente, y a pesar de que Fritz Lang logró convencerle, fue el principal productor y ejecutivo de la película sin todavía creer del todo en ella. Lang llevó a cabo la redacción del guion junto a su esposa Thea von Harbou, quien también se encargó de escribir la novela que serviría como base para la creación del guion de Metrópolis.

Tras ser aceptada por la Universum Film AG, «Erich Pommer, Karl Freund, Günther Rittau, Eugen Schüfftan y el escultor Walter Schulze-Mittendorff unieron sus respectivos estudios para realizar la película que había gozado del mayor presupuesto de toda la historia del cine germano».

Metrópolis se convirtió en una superproducción tanto en lo que respectaba al presupuesto como al número de participantes, siendo un total de más de 37.000 personas. Uno de los productores, Eugen Schüfftan, fue el responsable de los efectos especiales. Éstos son considerados como el elemento más característico y representativo del filme, y costó una gran cantidad de tiempo y material debido al gran empeño de Lang por hacer justicia al enorme guion. Sin embargo, la película sufrió numerosas reediciones a causa de la censura y los cortes dependiendo de dónde fuese proyectada la película. Por ejemplo, en su distribución estadounidense fueron recortadas diversas partes del largometraje por ser consideradas propaganda comunista. « tuvo como resultado la filmación de 620.000 metros de celuloide, los cuales se redujeron a 4.189 metros en el primer corte y a 3.170 en su distribución internacional».​
El tercero de estos cortes contó con una banda sonora compuesta por Giorgio Moroder y en la que participaron artistas como Queen y Bonnie Tyler, entre otros.

Schüfftan «creó el sofisticado Proceso Schüfftan»,​ que consistía en el uso de reflejos y contrarreflejos utilizados en las maquetas para simular edificios de gran tamaño. Otra novedad fue el uso de la cámara giroscópica, «la cual permitía filmar panorámicas en todas las direcciones»

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